La agricultura sostenible debe garantizar la seguridad alimentaria mundial y al mismo tiempo promover ecosistemas saludables y apoyar la gestión sostenible de la tierra, el agua y los recursos naturales (FAO,2015)
Para ser sostenible, la agricultura debe satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras de sus productos y servicios, garantizando al mismo tiempo la rentabilidad, la salud del medio ambiente y la equidad social y económica.(FAO,2015)
En este sentido, dando importancia al suelo como factor fundamental para establecimiento de cultivos se define como hábitat ideal para el desarrollo de los microflora ya que su estructura constituye un entramado en el que pueden acomodarse tanto en el exterior como en el interior de los agregados. Pero para ello el suelo ha de tener una buena estructura donde el agua y el aire circulen con facilidad y se hallen en un equilibrio que permita el desarrollo de las colonias de microorganismos.
La mayor concentración de microorganismos se encuentra en la zona cercana a las raíces en lo que se conoce como en nombre de rizosfera. Las raíces corresponden a una biomasa de 5 a 6 Tm por hectárea en un campo cultivado. Su actividad bioquímica produce unos exudados radiculares, que contienen, según las especies vegetales, entre el 10 y el 50 % de la energía fijada por fotosíntesis. Estos exudados ricos en compuestos carbonatados sirven de alimento a los microbios de la rizosfera que, a cambio, proporcionan minerales que necesita la planta.
FUNCIÓN DE LOS MICROORGANISMOS EN EL SUELO
Los microorganismos del suelo, especialmente los hongos, favorecen una buena estructura pues estabilizan los agregados envolviéndoles con sus redes de micelios y evitando que sean arrastrados por el agua de lluvia u otros agentes responsables de la erosión.
Sin ellos el ciclo de la vida se interrumpiría y no podrían reciclarse los residuos orgánicos que llegan al suelo ni integrarse en el ciclo de la vida los minerales que forman parte de las rocas.
La transformación de materia orgánica. Las materias carbonadas (azúcares, almidón, celulosa) son la fuente principal de energía de los microorganismos. Para su desarrollo precisan también de nitrógeno, pues para la descomposición de 30 g de celulosa se precisa 1 g de nitrógeno. Esto permite comprender la importancia de la relación C/N en los aportes orgánicos.
Degradan moléculas complejas de materia orgánica, formando humus. El humus se asocia con las arcillas para formar el complejo arcillo-húmico, que favorece la aireación, el almacenamiento de agua y la fertilidad.
El humus será mineralizado posteriormente, lentamente, liberando el nitrógeno y otros elementos, que se vuelven así disponibles para las plantas.
La solubilización de los minerales. Los elementos contenidos en las materias minerales del suelo (K, Ca, Mn, Mg, etc) pueden también ser solubilizados por los microorganismos edáficos y volverlos asimilables para las plantas.
Fijación de nitrógeno. Diversos grupos de bacterias, tanto libres como simbiontes, son capaces de fijar el nitrógeno atmosférico.
REFERENCIAS
Microbiologia del suelo y biofertilización, “Crops for Better Soil” Life 10 ENV ES 471 Europa.Fuentes:http://ec.europa.eu/environment/life/project/Projects/index.cfm?fuseaction=home.showFile&rep=file&fil=CROPS-FOR-BETTER-SOIL_formacion-5.pdf
FAO. (2015) Agricultiura sostenible. www.fao.org/sostenibilidad.post2015